A fin de protegerse, es importante comprender las características básicas del fuego. Los incendios se esparcen rápidamente; no hay tiempo para recoger los objetos de valor ni hacer llamadas. En solo dos minutos, un incendio puede volverse mortal. En cinco minutos, una residencia puede verse envuelta en llamas.
El calor y el humo del incendio pueden ser más peligrosos que las llamas. Inhalar el aire muy caliente puede quemar los pulmones. El fuego produce gases tóxicos que lo desorientan y lo adormecen. Si está durmiendo, en lugar de despertarlo, es posible que el fuego lo haga dormir más profundamente. La asfixia es la principal causa de muerte por incendio, y supera a las quemaduras en una proporción de tres a uno.
Niños
- Guarda los fósforos y los encendedores fuera de la vista y el alcance de los niños, preferentemente en un armario con llave.
- Enséñales a los niños a no levantar fósforos ni encendedores si los encuentran. En lugar de ello, deben avisarle a un adulto de inmediato.
- Nunca dejes a los niños sin supervisión cerca de cocinas encendidas o velas prendidas, incluso por un breve período.
- Busca debajo de las camas y en los armarios fósforos usados, evidencia de que tu hijo pueda estar jugando con fuego.
Más consejos de prevención
- Evita dejar velas prendidas.
- Nunca uses la cocina ni el horno para calentar la vivienda.
Mantén líquidos combustibles e inflamables lejos de las fuentes de calor.